La antropología filosófica
explica como el mundo en si funcióna, es un saber tecnico. La filosofía es
basada en el testimonio y es conocerse a si mismo para afrontar la vida.
Edad Antigua diversos
autores ofrecieron reflexiones filosóficas sobre el hombre. Sócrates, quien
propone una mirada reflexiva sobre sí mismo; Platon, quien sostuvo que el
hombre tiene un alma unida a un cuerpo y necesita mover a ambos
simultáneamente, si bien el alma tiene el primado sobre el cuerpo. Aristoteles
en cambio, sostuvo que el hombre es una sustancia compuesta de cuerpo y alma.
Edad Media todo giraba en
torno al concepto de Dios. Al hombre se le interpreta por su relación con Dios,
visto como un ser creado por Dios a su imagen y semejanza. El hombre es
considerado un compuesto de cuerpo y alma, y ésta es considerada algo de
naturaleza espiritual, libre e inmortal. Aparece la idea de conseguir la vida
eterna por medio de la virtud, que consiste en obedecer los mandamientos de la
ley de Dios y conduce a la felicidad de la salvación eterna.
Edad Moderna el filósofo
francés Rene Descartes puso la certeza del conocimiento en la pura autocerteza
de la concienci. El «yo» de la conciencia está seguro de su propia existencia
antes que de la existencia del resto de las cosas. Con la conciencia Descartes
no se refiere al hombre, sino a la pura razón. Con ello se niega la unidad
substancial entre cuerpo y alma espiritual en el hombre y la posibilidad de una
interacción entre las dos substancias. La persona es el único ser del universo
sometido a leyes propias, es decir, sometido a leyes puras, prácticas
establecidas por su propia razón. «La persona es la libertad de un ser racional
sometido a leyes morales». Estas leyes morales de las que habla Kant se las da
el ser racional a sí mismo, lo cual no quiere decir que sean arbitrarias.
Edad Contemporanea se abre
espacio a una amplia diversidad de corrientes que proponen una visión sobre lo
que es el hombre. La mayoría de éstas son el resultado de una radicalización de
las posturas surgidas en la Edad Moderna. Por un lado se posiciona fuertemente
una visión materialista sobre el hombre, según la cual en el ser humano no
existe más que el ser y el acontecer materiales. Se niega con ello lo
espiritual en el hombre, que siglos antes había sido considerado como la
esencia misma del ser humano. Por otro lado, la corriente existencialista ha
negado que en hombre se de una esencia que lo determine, abogando que el hombre
es ante todo indeterminación y libertad pura. En esta doctrina se enfatiza la
inmediatez de la experiencia personal y la autodeterminación.
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